martes, 5 de agosto de 2014

TESOROS ESCONDIDOS EN LA REGIÓN LITORAL ORIENTE DE YUCATÁN.

Capilla de Indios que data de los siglos XVI o XVII a seis kilómetros de la Ciudad de Tizimín, Yucatán.

UNA CAPILLA DE INDIOS A ESCASOS SEIS KILÓMETROS DE LA CIUDAD DE TIZIMÍN.

Prof. Hugo Rodríguez Núñez.
sucilayu@gmail.com


Tú mi amable lector es probable que tengas poca o nula información sobre las capillas de indios en nuestro estado de Yucatán. Pues bien las capillas de indios o de visita fueron construidas en nuestro país entre los siglos XVI y XVII, constaban de un presbiterio de mampostería donde se realizaban los oficios religiosos, y una nave abierta construida con materiales perecederos de la región como la madera y el huano. Fueron realizadas por los frailes mendicantes, en nuestro caso los Franciscanos en el Virreinato de Nueva España. La nave era abierta, es decir sin paredes y eran de grandes dimensiones para albergar los cientos de indios a evangelizar.

En Yucatán algunas de las más conocidas son las iglesias de indios de la población de Maní, y las de la zona arqueológica de Dzibilchaltún. Existen otras iglesias con convento en algunos municipios, que cuentan con vestigios de lo que en alguna ocasión fue una capilla de indios. Al ser reformadas y convertirlas en iglesias, poco se puede apreciar cómo eran en realidad. El convento de Tizimín tiene esas características pero será tema de un artículo posterior.

Pues bien amable lector a escasos seis kilómetros de la ciudad de Tizimín existe una iglesia de indios de los siglos XVI o XVII en lo que se supone que pudo ser el primer asentamiento de la población de Sucopo. Además de la capilla de indios la propiedad cuenta con un cenote de buen tamaño, que aún tiene su bóveda, y con unas grutas. 

La capilla de indios tiene a sus costados construcciones de lo que fueron habitaciones para los frailes, y que servían para guardar sus artículos sacros. Su explanada o atrio tiene en el piso vestigios de lo que fue un empedrado, y se encuentra con un muro doble de piedras labradas que lo circundan.

Sin duda es un excelente sitio para convertir en un parador turístico, que ofrezca cabañas para hospedarse, restaurante, artesanías, amplios jardines, senderos para paseos a caballo, bicicletas, cuatrimotos, baños en el cenote, e infinidad de servicios, igual a los que prestan otros sitios similares en el mundo.

Sin duda esta capilla de indios es “Un tesoro escondido en el Corredor Turístico de Tizimín”




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