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Capilla de Indios que data de los siglos XVI o XVII a seis kilómetros de la Ciudad de Tizimín, Yucatán. |
UNA CAPILLA DE INDIOS A ESCASOS SEIS KILÓMETROS DE LA CIUDAD DE TIZIMÍN.
Prof. Hugo Rodríguez Núñez.
sucilayu@gmail.com
Tú mi amable lector es probable que tengas poca o nula información
sobre las capillas de indios en nuestro estado de Yucatán. Pues bien las
capillas de indios o de visita fueron construidas en nuestro país entre
los siglos XVI y XVII, constaban de un presbiterio de mampostería donde
se realizaban los oficios religiosos, y una nave abierta construida con
materiales perecederos de la región como la madera y el huano. Fueron
realizadas por los frailes mendicantes, en nuestro caso los Franciscanos
en el Virreinato de Nueva España. La nave era abierta, es decir sin
paredes y eran de grandes dimensiones para albergar los cientos de
indios a evangelizar.
En Yucatán algunas de las más conocidas
son las iglesias de indios de la población de Maní, y las de la zona
arqueológica de Dzibilchaltún. Existen otras iglesias con convento en
algunos municipios, que cuentan con vestigios de lo que en alguna
ocasión fue una capilla de indios. Al ser reformadas y convertirlas en
iglesias, poco se puede apreciar cómo eran en realidad. El convento de
Tizimín tiene esas características pero será tema de un artículo
posterior.
Pues bien amable lector a escasos seis kilómetros de
la ciudad de Tizimín existe una iglesia de indios de los siglos XVI o
XVII en lo que se supone que pudo ser el primer asentamiento de la
población de Sucopo. Además de la capilla de indios la propiedad cuenta
con un cenote de buen tamaño, que aún tiene su bóveda, y con unas
grutas.
La capilla de indios tiene a sus costados
construcciones de lo que fueron habitaciones para los frailes, y que
servían para guardar sus artículos sacros. Su explanada o atrio tiene en
el piso vestigios de lo que fue un empedrado, y se encuentra con un
muro doble de piedras labradas que lo circundan.
Sin duda es un
excelente sitio para convertir en un parador turístico, que ofrezca
cabañas para hospedarse, restaurante, artesanías, amplios jardines,
senderos para paseos a caballo, bicicletas, cuatrimotos, baños en el
cenote, e infinidad de servicios, igual a los que prestan otros sitios
similares en el mundo.
Sin duda esta capilla de indios es “Un tesoro escondido en el Corredor Turístico de Tizimín”
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